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Los Temperamentos

Los cuatro tempramentos

Los cuatro tempramentos

Gobernar la vida de acuerdo con patrones es fácil,

pero la vida no se deja tratar como un patrón.

Sólo la comprensión, producto de la observación y la reflexión,

será suficiente,

comprensión que se transforme en sentimiento

que uno cultive hacia la individualidad humana,

hacia la individualidad en la vida entera.

                                                              R. Steiner

Los temperamentos comienzan a despertar en el niño a partir de los siete años. En  este momento comienza a desplegarse  su vida anímica y empieza a tener vivencias de lo que le pasa “adentro”, interiormente.  Antes de esta edad y durante todo el primer septenio, el niño imitaba el carácter de sus cuidadores y se manifestaba en relación a lo que ocurría externamente. Y su vida psíquica estaba íntimamente vinculada a las funciones orgánicas, no aún al ámbito de la vida interior. Esta vida interior comienza a formarse en el segundo septenio.

A los nueve años el temperamento,  el que se manifiesta  cómo la amalgama de su individualidad con las cualidades de sus fuerzas vitales, se imprimen también en la corporalidad física, otorgando, no sólo una manera de ser, sino también una fisonomía determinada.

Para acompañar a un niño en su desarrollo, es muy importante conocer acerca de los temperamentos. Esto nos permite saber cómo actuar y qué facultades debemos desarrollar como educadores para guiarlo, sin pasar a llevar lo que él es. Reconocer   los recursos con los que cada niño o niña  cuenta y ayudarles a equilibrar las características temperamentales que posee. Así permitimos que puedan  cultivar el lado positivo de esta disposición no exacerbar su lado negativo

Muchas veces una mirada superficial de los cuatro temperamentos: sanguíneo, colérico, flemático, melancólico, suelen dar una visión estereotipada del ser humano.  Hay que tener en cuenta sin embargo, que cada individuo  posee estas 4 disposiciones. Pero prevalecen con mayor intensidad dos de ellas por sobre las otras. 

Eso es lo que tenemos que aprender a observar y conocer. Para poder conducir a cada  niño o niña en su crecimiento.

Finalmente una adecuada autoeducación, le permiten al ser humano actuar desde el temperamento que cada ocasión en la vida requiere, protegiéndonos de  imponer la propia coloratura anímica-orgánica a cada circunstancia que debemos enfrentar en la vida.

Cabe mencionar también que durante la biografía humana, hay etapas que suelen ser afines a un temperamento. Todos los niños por naturaleza son sanguíneos, los adolescentes coléricos, los adultos flemáticos y los adultos mayores melancólicos. Pero a su vez cada uno vive estas etapas según su temperamento individual.

Esperamos que el cuadro que se muestra a continuación sirva de ayuda para conocer las características de cada temperamento y conocer lo que los adultos a cargo de los niños debemos desarrollar en nosotros para acompañarlos en su crecimiento.

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Décimas de los temperamentos

Melancólico

Andante de azul pensar

lleva el peso de la historia

pues es de antigua memoria 

tan profundo como el mar.

Observante al caminar 

investiga con paciencia 

su mirar extrae la esencia 

al calar hondo la tierra,

cuando a la roca se aferra

su dolor se hace conciencia.

Colérico 

Irrumpe cómo un volcán 

lleva fuego en su mirada 

su talón hunde calzada

y del barco es capitán.

Su voluntad trae afán 

crea con fuerza futuro

y aunque sean grandes los muros

su deseo no se apaga, 

no se fija ni en sus llagas

si el corazón va seguro.

Sanguíneo 

Liviano, gentil, sonriente

recorre el mundo saltando 

lo denso va despejando 

pero ni de eso es consciente.

Va fluyendo entre la gente

como el viento en primavera 

siempre mira para afuera

en todas las direcciones,

camina sobre algodones

su alma danzante y ligera.

Flemático 

Caminante sin apuro

disfruta la buena mesa

de calma naturaleza 

paso lento mas seguro.

Se apoya siempre en el muro

fluye como agua el camino

de lo que diga el destino

o de un amigo y su idea

él se adapta a lo que sea,

más si el colchón es de lino.

Marianella Mora Godoy, Chile

7/ 6/2020

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