Conferencias y textos

Religiosidad

LA RELIGIOSIDAD EN EL NIÑO/A PEQUEÑO/A

Por: Andrea Cortez O.

*¿QUÉ PERCIBES DE LA ESENCIA DE UN NIÑO Y UNA NIÑA?

* ¿CÓMO SON LOS NIÑOS Y NIÑAS?

* ¿CÓMO DESCUBREN EL MUNDO?

Partiremos de la premisa que…

EL NIÑ@ PEQUEÑ@ ES RELIGIOS@

El niño/a lleno de confianza se abre al mundo manifestando un ferviente interés en recibir e imitar todo aquello que sucede en el entorno. Este es testimonio de una conmovedora franqueza y de una expectativa ilimitada. El hecho de comprometerse naturalmente con todo es una característica “solar” la cual recién cede en el momento en que aparezca la conciencia del propio Yo.

Todos quienes hemos vivenciado de alguna u otra manera esa entrega total, hemos sentido esa “confianza sin reservas”. La cual ha de manifestarse más adelante en la vida como una característica adquirida como cuando nos dedicamos de todo corazón a alguna cosa.

  • ¿Qué podemos hacer para que ésta confianza en el niño/a no sea defraudada, para que él/ella sienta que está rodeado por adultos que se esfuerzan para que el mundo sea “bueno”?

  • ¿Qué podemos hacer, para que en el transcurso de su desarrollo se fortalezca tanto, como para poder enfrentarse a lo “no – bueno” de la vida?

Estas interrogantes pueden invitarnos a que nos interesemos en el mundo anímico espiritual del que proviene el niño/a y del que trae esta confianza inconmensurable, y de la que fluyen también aquellas fuerzas que sostienen y acompañan interiormente al hombre.

LA RELIGIOSIDAD VISTA

DE ESTE MODO ES ALGO

QUE PODEMOS APRENDER

DE LOS NIÑOS/AS PEQUEÑOS/AS.

  • ¿QUÉ DESAFÍOS TENEMOS COMO ADULTOS AL ENFRENTARNOS A LA RELIGIOSIDAD QUE INHERENTEMENTE POSEE NIÑO O NIÑA?    

  • ¿EN QUE FORMA LOS ADULTOS PODEMOS RECUPERAR  LA COMPRENSIÓN Y LA VIVENCIA DEL MUNDO ESPIRITUAL?

Cuando el adulto a través del pensamiento aprende a ligarse con el mundo supra sensorial, entonces en él por si mismo se manifiesta una determinada conducta de vida que puede llamarse religiosa. Por sus pensamientos se siente arraigado en el mundo y ya no aislado y solitario.

Vuelve a aprender a sentir confianza y agradecimiento ante la propia existencia y a hacerse cargo de su desarrollo en armonía con las leyes de este mundo. También puede observar con renovado interés el desarrollo del niño/a que se presenta en el mundo, con una confianza que por sí mismo ha debido recuperar.

RELIGIÓN SIGNIFICA NUEVA LIGADURA, RELIGADURA; TRADUCIDO LITERALMENTE PROVIENE DE: “RELIGARI” = ORDENAR ALGO, CONCRETAR”.

  •  El niño/a proviene del mundo espiritual y busca confiado, a través de su cuerpo y sus órganos sensoriales, la ligadura con el mundo sensorial. El comportamiento del niño/a es religioso en un sentido sensorial- corporal.

  • El adulto ha conocido el mundo sensorial y ahora, a través de su pensamiento intenta volver a conectarse conscientemente con el ámbito de su origen ánimico – espiritual. El comportamiento del adulto es religioso en un sentido ánimico – espiritual.

  • Podemos definir ambas actitudes de vida como carácter religioso, ya que ambas radican en el anhelo de establecer concordancia con el mundo.

En la actualidad muchos opinan que habría que prescindir de una educación religiosa para los niños /as, para no manipularlos, convirtiéndolos así en no – libres. Pero quien en su infancia no haya podido percibir actitudes como la:

DEVOCIÓN

VENERACIÓN

RECOGIMIENTO

… carecerá de fuerzas humanas y posiblemente más adelante lo sentirá como falta de idealismo. Quien logre alcanzar una relación autónoma con los contenidos de las tradiciones religiosas, siempre podrá volver a encontrar en ellas nuevos estímulos para su desarrollo interior.

Ilustración Maricarmen Cañas @benditapintura

Ilustración Maricarmen Cañas @benditapintura

LA EDUCACIÓN RELIGIOSA EN LA PRÁCTICA.

  • ¿CÓMO PUEDE SER UNA EDUCACIÓN RELIGIOSA EN LA INFANCIA?

AL NIÑO/A SE LE DEBEN HACER PERCIBIR DE ALGUNA MANERA SENSORIAL LAS REALIDADES DEL MUNDO SUPRASENSIBLE…

…porque el todavía vive totalmente entregado al mundo sensorial. En este sentido, la forma de celebración de las FESTIVIDADES ANUALES constituye un elemento importante: pueden sobresalir de la vida familiar cotidiana como momentos culminantes muy especiales, celebrando algo en común a mucha gente, algo que trasciende lo personal.

El celebrar una fiesta es una actividad propia del hombre. Las celebraciones son momentos en los que el ser humano se eleva por encima del acontecer cotidiano para recordar y conmemorar con alegría y jubilo algún hecho importante de su biografía o de la biografía de la humanidad.

LO DECISIVO PARA EL NIÑO/A ES QUE AL CELEBRAR LAS FESTIVIDADES PUEDA VIVENCIAR QUE AQUÍ SE RINDE CULTO A UNA AUTENTICA SUSTANCIA ESPIRITUAL. QUE PERCIBA QUE ES LO  QUE SE ESTA CELEBRANDO.

Para llevar a los niños y niñas a experiencias semejantes trataremos de mostrar una realidad espiritual que está detrás del mundo visible.

Las fiestas cristianas, celebradas apropiadamente proveen un indispensable alimento para el alma. Las imágenes o símbolos (tan genuinos como sean  posible)  de la celebración han de cobrar importancia como experiencias vivas en el niño/a.

El éxito de la celebración de una fiesta depende de cómo participan los padres y maestros en ella. Todo lo que ellos hagan  y procuren que los niños/as hagan, debe ir acompañado de sentimientos verdaderos. Debemos permitir que el significado de la fiesta viva en nosotros mismos.

RECUPERANDO EL SENTIDO DE LAS FESTIVIDADES ANUALES

Cada festividad se refiere a una cualidad anímica o a un valor anímico o espiritual. Así la particularidad del contenido espiritual de las celebraciones es ligar las emociones anímicas personales de cada individuo con el ideal, para sentirse como un eslabón en la integridad humana. Lo particular de las celebraciones anuales cristianas es que el mismo día en todas partes de la tierra tiene lugar una mancomunada reflexión del género humano respecto a los motivos fundamentales del desarrollo humano en su ligadura con la esencia de CRISTO.

Más allá del mero aspecto ambiental y temporal contenido las Fiestas Cristianas, son festividades de la conciencia humana, fiestas de mayor internalización y contemplación respecto de las posibilidades de desarrollo y tareas de la humanidad íntegra, a su vez permiten enriquecer la relación del alma humana devota con la naturaleza que la rodea.

 FUENTES

  • Los niños y niñas ¿Necesitan una educación religiosa?. Extracto y síntesis del libro Pediatría para la familia. Wolfgang Goebel, Michaela Glockler

  • Introducción a los Cuentos y a las Fiestas Cristianas TOMO 1. Comunidad de Cristianos Perú, Lima 2008

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